miércoles, diciembre 19, 2007

Escribir o no escribir


¿Se puede vivir sin escribir? ¿Escribir para qué? ¿Escribir por qué? ¿Escribir qué?

Sostiene mi amigo Carlos (yo le llamo amigo, aunque él no lo sepa, por la gran admiración que le tengo) que en esto de escribir hay periodos de sequía y periodos de abundancia, tal vez porque durante los primeros uno se dedica a acumular para desembuchar durante los segundos. Como si fuéramos aves. Pero no siempre es así. Algunos no escriben nunca, sin que, aparentemente, suceda nada. No es como dejar de respirar. Si dejas de respirar te mueres. No es tan imprescindible. Tampoco es tan necesario como el comer… Entonces no sabemos por qué ni para qué se escribe.

Sostiene Carlos que “ayuda el tener experiencias intensas que destaquen sobre el panorama: bien por sí mismas, bien porque nuestra sensibilidad contribuya a hacérnoslas sentir así. Pero también disciplina para sentarse a estrujarse un poquillo el cerebro (o la sensibilidad... vaya Vd. a saber) y empezar a plasmar cosas una tras otra en el papel.”

Yo creo que hay de todo: unos escriben por necesidad, otros por obligación, otros por trabajo, otros por gusto, algunos por impulso, otros por placer; más de uno para obtener reconocimiento o aprobación, otros porque tienen necesidad de convencer o defender sus tesis. Pero… ¿por disciplina…? Bueno es un factor, no una causa. Tal vez los que se dediquen a ello lo requieran como necesario.

Los hay que tienen que plasmar con palabras unos sentimientos que no le caben en el cuerpo. Carlos lo usa para ordenar ideas hablando consigo mismo; si luego otros lo leen allá ellos. No haberse metido a escuchar. “El hecho de ordenar las imágenes en un conjunto de narración coherente, con su secuencia temporal, con fondos musicales, narraciones, etiquetas e incluso el mismo trabajo de selección y documentación a que te obliga la organización razonable de una visualización, le da al conjunto un aspecto “entendible”, orgánico, emotivo incluso, de forma que en muchas ocasiones el propio trabajo de elaboración, acaba haciéndome entender y disfrutar de algunas de las cosas que vi mejor todavía que en el momento real del viaje

Algunas veces le pasa como a Abrahán, el de la Biblia, “como si en ese momento –sostiene Carlos- “la inspiración” (sea eso lo que fuere) se hubiera apropiado de ti para hacer su propia voluntad.” Abrahán hizo creer a los demás que esa “inspiración” de Carlos era Dios, o por lo menos así lo llamó él. A lo mejor es sólo una cuestión semántica. No discutáis por eso. Enseguida la liaríamos: no puede ser esa Inspiración “única” y al mismo tiempo que esté “soplando” a Carlos unas cosas y a Abrahán otras rematadamente opuestas. O quizá no tan opuestas como sus respectivos discípulos las hayan querido interpretar, o desvirtuar.

No nos salgamos del tema para no tenerle que dar la razón completa a Carlos en que “en el medio del texto [llegas a] “pescar” casi al vuelo una idea interesante y al final acabas dando todo el peso a esa idea abandonando en la practica el tema original

Otras veces escribes para ti mismo, para memorizar y poder revivir en el futuro experiencias actuales con el mismo detalle e intensidad con que ahora lo estas haciendo. Por eso concluye Carlos:

Puede que poner en negro sobre blanco las vivencias, intensas o suaves, emotivas o racionales, divertidas o dolorosas que día a día soportamos, nos ayude también a entenderlas, a darles su justo valor o al menos a fijar su recuerdo de una forma más perdurable y definida en nuestra memoria. Como el extraer las mejores fotos de un excitante viaje. Es también por esto, imagino, por lo que nunca me ha preocupado gran cosa tener muchos lectores, (aunque me gusta mucho que me leáis, ¡por supuesto…!! La vanidad siempre esta presta a la hipertrofia… jajaja… ). La mayor parte de las veces yo soy mi lector más atento sobre todo de cara al pasado: releer pensamientos, reflexiones, sensaciones, de tus “otros yo” perdidos ya en el tiempo o en el recuerdo, me resulta tan fascinante como contemplar las imágenes congeladas que trabajosamente seleccionaste de aquel largo viaje que hiciste hace ya, tantos, tantos años…”

Pero no siempre es así. La prueba está en que yo estoy leyendo el análisis realizado por Carlos y lo estoy reproduciendo aquí, queriendo certificarlo, intentando corregirle si encontrara algún fallo y, sobre las bases asentadas por él, continuar, ampliándolo. Yo creo que esa Intuición, como la llama Carlos; Dios, como la llama Abrahán, no es otra cosa que el impulso colectivo que nos mueve hacia la construcción de una superestructura superordenada semejante al impulso que, de forma inexplicable, agrupa a las bandadas de pájaros o a los bancos de peces a moverse ordenadamente todos juntos hacia una misma dirección, protegiéndose mutuamente y dotándoles de una nueva inteligencia colectiva.

jueves, diciembre 13, 2007

Más ingenuo que el niño con el pijama de rayas

Es un dicho que me acabo de inventar tras haber leído el libro que lleva el nombre de “el niño con el pijama de rayas”.

No se si ingenuo, inocente o ignorante… tal vez sólo sea cuestión de la edad que se le asigna al muchacho. Un chico más pequeño, de 3 o 4 años, podría haber representado mejor este papel ficticio, apasionante y sugerente.

Pero vamos, que un chico de 9 años en 1942, con profesores particulares, no sepa si está en Polonia o en Alemania, no sepa si su país está en guerra o en paz, no tenga ni idea de la aventura nazi, del holcausto y la represión de los judíos, ni distinguir entre un pijama y un traje de prisionero… son muchas ignorancias supinas acumuladas en un solo personaje, que para colmo es el personaje principal, y que se atreve de calificar de tonta de remate a su hermana mayor por, entre otras cosas, entretenerse en poner chinchetas en un mapa europeo para ir marcando la posición de los ejércitos de la gran guerra.

Aunque esto puede que sea lo mejor del libro. Esa parodia hacia las personas que, cuanto más ignorancia tienen de la realidad, más tratan de calificar de ignorante a los demás porque no comprenden ni sus actitudes, ni su comportamiento ni su forma de pensar.

Es este, quizá, el gran valor que ofrece el libro; la batalla de la ingenuidad contra los omnisapientísimos que están tan seguros de su conocimiento, de su “destino universal” y su omnisciencia, en base a la cual reivindican y justifican su derecho a dominarlo todo, y a todos los demás. Una guerra de extremos que acaban siendo ambos víctimas de su propia condición.

La única teoría que tenía clara el inocente chaval, explorar sólo en campos incuestionablemente inofensivos, acaba siendo su verdugo, de la misma manera que los inflexibles totalitarios desencadenan el terror que será su propia losa.

¿Es una parodia del mundo? ¿Una burla de nosotros mismos y de nuestras certidumbres? Tal vez.

En definitiva, que ser “más ingenuo que el niño con el pijama de rayas” podría equipararse a ser “más tonto que una enciclopedia”, tanta información y tan poco conocimiento.

El libro hay que leerlo.

domingo, noviembre 04, 2007

Necla, la de la sonrisa grande

Las cosas son como son, pero también como nos las pintan. Si Turquía te la describe Necla, la de la sonrisa grande, entonces Turquía es mucho Turquía. Necla nos ha hecho ver cómo un guía turístico es un auténtico embajador de su país ante el mundo. Y también, que si Necla fuera su embajadora ante la Comunidad Europea entonces Turquía sería miembro de pleno derecho de la Unión.

No es solo la sonrisa. No es solo la profunda formación en historia de su país y del país de donde proceden los turistas. No es solo por sus conocimientos sobre la sociedad moderna actual... Es también por la dedicación, el interés y el amor por su trabajo; por querer hacer, y hacer, bien las cosas… Por ser activa, incansable, eficaz…

Pero no estamos aquí para alabar a nadie sino para criticar. De nada sirven las adulaciones para la persona adulada. Las adulaciones sólo sirven para fomentar la autoestima, el engreimiento, la vanidad, la petulancia, la jactancia, la fanfarronería, la pedantería, la inmodestia, la vanagloria, la necedad, etcétera, que todos llevamos dentro. Es decir, para derribar algo que se ha edificado y construido con mucho sacrificio, tiempo y dedicación. Necla no debería aceptar regalos de los clientes en reconocimiento a su trabajo. El dinero, como la adulación, también envilece.

No le haríamos a Necla ningún favor si no la criticáramos, puesto que en la crítica y la consiguiente corrección de la causa que la provocó, está la clave de la propia mejora.

En ello estamos.

¡Asómbrense! ¡Necla, la de la sonrisa grande, es machista! En un país de mayoría musulmana, donde una mujer moderna debería portar el estandarte de la liberación femenina, Necla justifica el estatus actual y reivindica menos trabajo para la mujer y su jubilación a los 55 años.

Necla no reconoce ser machista. Nosotros tampoco podemos acusarla de serlo porque en ningún momento defendió que el hombre no tuviera el mismo derecho de retirarse a los 55 años. Pero nosotros lo sobreentendimos.

Un guía turístico habla de religión, política, historia, sociedad… pero siempre sin pronunciarse. Si las mismas disertaciones que nos dio hubieran sido objeto de tesis doctoral tal vez se hubiera dejado desprender mayor cantidad de conclusiones personales e hipótesis de su propia cosecha. Por eso tampoco podemos acusarla de tradicional cuando nos relata hechos, leyendas y mitos que el guión exige. Una cosa es que Turquía esté en el centro del mundo, como también lo están París, Roma, Moscú, Nueva York y mi pueblo, y otra, muy distinta, que en Turquía se halle el origen de casi todas las civilizaciones, que sea el centro de la historia, paradigma del cosmopolitismo, enlace culturas y árbitro mundial entre las tensiones Oriente-Occidente y Norte-Sur… Pero inquietud si nos ha dejado.

No me refiero a la inquietud sobre el segundo mandamiento del Antiguo Testamento, que eso debe ser asunto viejo, pues si de una persona muy versada se tratara, esa inquietud la habría echo extensiva a la totalidad de los mandamientos; esos que cada cual escribe como le da la gana, empezando por el propio Moisés, para adaptarlos a su particular conveniencia. Ver (http://www.microsiervos.com/archivo/leyendas-urbanas/diez-mandamientos.html). No. Me refiero a muchas otras inquietudes sobre la situación social, política y religiosa de nuestros tiempos.

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lunes, octubre 22, 2007

Criterios para distinguir lo verdadero.

Desde que Einstein presentó la teoría de la relatividad y todo el mundo dio por evidentes y sólidos sus postulados ya deberíamos haber sabido ser consecuentes con los mismos y echo extensivas sus conclusiones al resto de las ciencias sociales y humanas: “Todo es relativo”, incluso el propio principio de relatividad.

Cuando, más adelante, se enuncia el “principio de indeterminación”, también nos quedamos ciegos a la evidencia y no supimos arriesgarnos a extender sus conclusiones al resto de las materias. Según este principio nunca se puede llegar a tener una precisión absoluta en el conocimiento de la realidad; y, añadiríamos, en esto también podemos estar parcialmente equivocados. No importa que parezca una contradicción; nunca será una contradicción absoluta, sino difusa. ¿Alguien dijo que no se podía estar en dos lugares al mismo tiempo? Falso parcialmente. ¿Alguien dijo que Dios no existía? Esto también es relativo. Todo, en general es relativo y posee porcentajes de validez; incluso esta misma afirmación sin que por ello sea contradictorio. No existen afirmaciones ni negaciones absolutas, sólo aproximaciones. Por tanto así han de interpretarse también el resto de las alegaciones que aquí se expresen.

Somos estructuras ordenadas de información (EOI). Al igual que lo son los seres vivos con su bagaje genético o conjunto de conocimientos sobre su propia organización y sobre comportamientos “acertados” o procedimientos de actuación para con respecto a la naturaleza, entendiendo por conocimientos “acertados” aquellos que “saben” manejar el medio en “beneficio” propio, y entendiendo por “beneficio” todo aquello que va a contribuir a verificar o satisfacer la propiedad básica y característica de la vida que es la autoperpetuación a través del tiempo. No la autoperpetuación del individuo, sino la autoperpetuación de la propia información genética (la especie) o conocimiento.

Llamémosle “saber” a ese tipo de conocimiento válido.

No hablamos de conocimiento verdadero. Entre dos conjuntos de información o estructuras ordenadas parecidas (pueden ser dos células, dos personas o dos entidades sociales), ambas dos tienen un conocimiento de su propia identidad y del medio en que se desenvuelven, pero ante una “adversidad” o cambio en las circunstancias externas sólo la que “sepa” superar el accidente se considerará “válida”. Normalmente, los contratiempos son superados por aquellas estructuras que poseen mayor cantidad de información.

No sabemos que es exactamente lo verdadero o donde está la verdad de las cosas. Puede, incluso, que muchos conocimientos acertados, más acertados que otros, hayan perecido ante grandes adversidades por el simple hecho de que los “menos acertados” no hayan tenido que enfrentarse a reveses del mismo calibre; sin embargo, no cabe la menor duda de que, ante las mismas circunstancias, solo el que haya conseguido superar el evento es, por definición, el poseedor del “verdadero” conocimiento de cómo hacerlo.

Somos estructuras ordenadas de información (EOI), tanto en el aspecto biológico, como en el aspecto social. El ser humano tiene esa cualidad: Por un lado es el resultado final de una evolución biológica en lucha permanente por sobrevivir al deterioro ambiental derivado del segundo principio de la termodinámica, la degradación natural o Evolución Natural; por otro es el protagonista principal que da origen a un nuevo proceso evolutivo (Evolución Cultural) formando entidades superiores que van a emprender una carrera ascendente de acumulación de conocimientos infinitamente más poderosa que la propia evolución Biológica.

Esa Evolución Cultural aún no ha llegado. Está muy próxima. Si establecemos una semejanza con la Evolución Biológica, para que exista una Evolución Cultural se requiere que existan individuos con capacidad de autoconservación, autoperpetuación y autoreproducción. Es decir, individuos autónomos con todo el conocimiento para poder mantenerse, crecer y reproducirse. Ahora mismo, la Sociedad es una masa irregular de entidades que se crean y se destruyen, que acumulan información y conocimiento, que montan estructuras cada vez más complejas, etc. pero no constituye un individuo autónomo con todos sus elemento trabajando coordinadamente hacia un mismo fin. No es un cuerpo formado por células que todas colaboran en la misma dirección.

La humanidad se encuentra en estos momentos en una situación análoga a la evolución prebiótica anterior a la formación de los seres vivos. Agrupaciones locales de estructuras de conocimiento, abiertas, capaces de replicar cadenas de información, de construir estructuras cada vez más “válidas” en su enfrentamiento con el exterior, viviendo en un ambiente muy favorable (“sopa biológica” para los protobiontes; “la Tierra” para las estructuras sociales).

No nos salgamos del tema que es el de tratar de averiguar donde está lo verdadero de las cosas. Y decíamos que no existe lo verdadero como concepto absoluto, sino “lo más verdadero”, o lo “más válido” para salir adelante por la supervivencia del “saber” o “conjunto de conocimientos válidos” en esta guerra contra la naturaleza.

Vamos a poner a prueba esta tesis tratando de dar respuesta a preguntas históricas hechas por filósofos de todos los tiempos. Casos concretos: ¿Existe Dios? ¿Cómo va a ser la sociedad dentro dos millones de años? ¿Cuando empezará la Evolución Cultural?


Veamos. ¿Existe Dios? Si esta pregunta se la hacemos a un científico radical puede que te suelte un improperio: “¡Estás loco! ¿Alguien ha visto o detectado tal cosa, ni nada que se le parezca? Es como hablar de fantasmas o de seres extraterrestres” Claro, que si se lo preguntamos a un religioso, este no lo duda, es un principio, como lo puede ser para el físico la ley de la gravedad. Nadie puede impedir que tu declares como principio que “la Tierra está en el centro del Universo” aunque luego tengas que hacer virguerías con las ecuaciones del movimiento y los planetas tengan que describir “danzas” erráticas (para eso se llaman planetas). Es como cuando en el baile nupcial las cámaras acuerdan enfocar a la pareja de protagonistas manteniéndolas en el centro de la imagen, pareciendo que todas las demás giran a su alrededor; nadie diría que los novios se han estado recorriendo la pista de punta a punta. Pero vamos a lo nuestro: La expresión “existe Dios” es un postulado que se puede establecer como principio, o como sistema de referencia; pero nadie dice que los postulados sean “verdaderos”, sino válidos mientras duran y hacen derivar de ellos otras leyes también válidas. En cuanto alguna de las consecuencias del postulado deja de cumplirse hay que buscar otros axiomas mejores. Claro que la afirmación “existe Dios” es muy vaga, no dice gran cosa y puede resistir durante mucho tiempo sin verse afectada. Otra cosa es cuando se concreta el tipo de Dios del que se habla. Si defendemos que lo “más verdadero” es aquello que contribuye a acumular conocimientos en entidades sociales, o “saberes incrementales”, el postulado de “Dios existe” ha tenido sus buenos y grandes momentos, al contribuir a formar sociedades muy compactas trabajando hacia un mismo fin, organizaciones supranacionales, con protección del individuo, lucha contra la degradación y defensa colectiva contra la adversidad de la naturaleza. Deja de tener validez, “veracidad” cuando por su causa se enfrentan unas sociedades a otras, causando muertes y destrucción. Y pierde toda credibilidad cuando tratan de “naturalizar” al Dios, dándole propiedades humanas; como un semejante con el que se puede hablar, con sus pasiones; protector y benefactor de unos contra otros y gran amigo y confidente de los más espabilados que se han atrevido a escribir sobre él hasta el detalle de un reportaje gráfico.

¿Estoy contestando o no? Me pregunto. Creo que si, respondo: Define Dios y tal como lo hagas puede “servir” o “no servir” como postulado en nuestra carrera incremental en la formación de estructuras superiores que nos conduzcan a construir y perpetuar el conocimiento a lo largo del tiempo soportando entornos cada vez más adversos. Será correcto mientras sirva.

¿Cuándo empezará la Evolución Cultural?

La Evolución Cultural empezará cuando se forme un “individuo cultural”, ente formado por personas, seres vivos (animales y vegetales) y máquinas capacitado para desplazarse, autoconservarse, y reproducirse en cualquier medio, no solamente terrestre.


¿Cómo será la Sociedad dentro de dos millones de años? Lógicamente, la Sociedad, esta “sopa precultural” que conocemos no existirá para esa fecha. Dentro de dos millones de años el Sol habrá liquidado el sistema planetario y con él la vida y la Sociedad actual, formada por individuos independientes y organizaciones. Tanto la vida como la humanidad solo van a poder sobrevivir bajo la integración en “seres culturales”, que, a su vez, estarán buscando asociaciones superiores y nuevos soportes de información y conocimiento cada vez “más verdaderos” para iniciar una nueva categoría de evolución. Lógicamente, también, individuos infinitamente más capacitados y poderosos que lo que hoy concebimos como dioses.

Al fin podrá decirse que “el hombre creó a Dios a su imagen y semejanza”.

Los curas critican a la atea civilización moderna por haber perdido los criterios para distinguir el bien del mal; “no existe moral” –alegan-, “ni regla para educar a nuestros jóvenes”. Pues bien, sometamos esta crítica a un análisis bajo nuestro prisma.

Cierta razón tienen los curas; de alguna forma hay que definir unas reglas de juego sencillas que orienten a la juventud, dada por naturaleza a la rebeldía; unas reglas básicas que no dejen lugar a la confusión. Una nueva cultura basada en unos nuevos principios. No puedes ir convenciendo a una población crítica y bien formada intelectualmente con unos principios que se basan en lo que alguien dijera hace dos mil años. Han de ser mucho más sólidos.

Si defendemos que la misión principal por la que estamos de aquí, seres vivos, hombres y sociedades, es la de luchar contra la degradación natural (aumento constante de entropía), creando nuevas estructuras dotadas de orden e información creciente, la definición de “bien” y “mal” queda supeditada a ello. Nótese que orden, información y conocimiento con distintas variaciones de la misma magnitud, la Entropía. “Bueno” sería todo aquello que “aporte algo” en los procesos creativos, constructivos…; “malo”, por el contrario, aquello que favorezca la Evolución Natural destructiva, tanto por dejadez, como por acciones tendentes a la desorganización y la destrucción.

Una observación más. Hay una moral derivada de dar preponderancia a la Evolución Biológica sobre la Evolución Cultural: cierto ecologismo ingenuo e inmaduro. Hay que tener cuidado en ello. Poner en cuestión los procedimientos, normas y metodologías de actuación que se establecen en la Sociedad de Consumo está bien para influir en la mejora continua de las mismas, pero anteponer las leyes del ambiente vivo sobre el cultural por considerarlo dotado de mayor “sabiduría” que el nuestro es un error. Puede que en estos momentos aún el bagaje de conocimientos sea superior en el almacenado en los ADN’s que en nuestros computadores y en nuestras estructuras sociales, pero es evidente que el crecimiento aritmético que se produce en la evolución Biológica es rápidamente superado por el crecimiento exponencial que estamos viviendo en la era de la información.
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jueves, octubre 11, 2007

Carmen


Advertencia. Voy a escribir un post sensible para personas creyentes. Si tienes miedo, si te sientes inseguro de perder tu fe, si te sientes muy confortable con la que tienes ahora, no sigas leyendo. Yo, antes de ponerme a garabatear, he tenido serias dudas de hacerlo, no sólo por no quedar mal ante mis paisanos, como un agnóstico, un ateo o una apóstata, sino por, -¡maldita la necesidad que hay de ello!- provocar depresión, melancolía, tristeza, desesperanza, desengaño, desencanto, desilusión o amargura… (no se cual será la palabra exacta).

Al igual que cuando se van a ofrecer imágenes crudas en televisión, yo lo advierto: Este artículo puede herir la sensibilidad del lector.

Mi reflexión empieza cuando visito la residencia de ancianos. Ya es, de por sí, bastante deprimente el ambiente que se vive en una residencia de ancianos, viendo tan crudamente a lo que llegamos, después de toda una vida de esfuerzos, luchando…, sin saber para qué. Y aunque no sea esta la mecha que enciende mis cavilaciones, sirve para preparar el ambiente explosivo y enrarecido, y para alimentar la bomba. Los ancianos ya han perdido gran parte de sus facultades y se comportan como niños en fase recesiva. Entre ellos está Carmen, la chispa, que tiene poco más de sesenta años, pero que aparenta cincuenta. Es quizá la única persona que tiene capacidad retentiva, memoria y raciocinio. Ella puede mantener cualquier conversación normal sobre cualquier tema, pero…

-Entonces.., ¿que haces aquí en la Residencia?

-Tenía depresiones. Me llevaron al hospital y los médicos me recomendaron esta residencia para descansar y reponerme durante tres meses. ¡Y ya llevo tres años!

-¡Vaya! ¿Y por que no te vas…?

-El lunes que viene…

Pero pasa el lunes, y llega otro lunes, y Carmen sigue en la Residencia.

-Es que –me dice-, yo tengo un novio y nos vamos a casar para Septiembre. El es Libra, como yo, y por eso podemos hablar entre nosotros, sin necesidad de teléfono móvil.

Carmen juega al dominó, ayuda a poner la mesa, ve la televisión… pero cuando la acción de la película le incomoda, cuando empiezan las escenas desagradables de engaños y picardías, de historias inventadas, se va a la cama a conversar con su novio.

-Aquí no se puede hablar con nadie –dice-. La única persona que tiene un poco de conocimiento ha perdido la ilusión por vivir.

Carmen, en cambio, vive. Está preparando la lista de bodas… La verdad es que está entusiasmada.

Algunos piensan que está loca porque cree que su padre –que murió con 75 años- ha revivido y reside solo en un apartamento a sus 92. Sin embargo, estos mismos que la consideran desquiciada, no dudan en aceptar que hace dos mil años una persona se hiciera pasar por dios y resucitara.

Carmen tiene una hermana maestra puta, y, sin embargo, ella se ha pasado toda la vida cuidando de sus padres, sacrificándose en atenciones, soportando sus maltratos y sus achaques, y manteniéndose siempre virgen. Pero sólo el novio parece saberlo y comprenderla.

La critican porque hable sola -cuando platica con su novio-, los mismos que, al lado, se pasan horas orando(conversando) e invocando a un señor ficticio, que nadie ha visto ni verá jamás.

Carmen hace planes y proyectos con su novio inventado… Y se ríen de ella aquellos que supuestamente organizan fiestas para honrar el alma de “espíritus” renacidos o de seres de “otro mundo”. ¡¡Extraño universo de fantasías al que creen, convencidos, llegar un día, después de la muerte, para toda la eternidad!! ¿¿Y no están locos…??

Si me dan a elegir, prefiero la locura de Carmen. Es mucho más creíble, moldeable y adaptable a la particular personalidad de uno mismo. Puestos a inventar yo prefiero crear mis propias quimeras sobre las tramadas por las cabezas de otros.
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martes, julio 17, 2007

Entre la apariencia y la realidad




Cuando ves una sobreabundancia de carteles enormes del PLD a lo largo de la autopista supones que podría tratarse del típico Partido Liberal Democrático o Dominicano, más o menos centrista, ocupando un espacio dentro del espectro político, que puede variar sensiblemente entre la izquierda y la derecha. Pero, ¡que diferentes significados tienen los derivaciones de la misma raíz “libre”: libertad, liberal, liberador, liberado, liberación, libertino, librar…! Sobre todo por las implicaciones que arrastran estos términos: Liberación, acción de poner en libertad, implica que alguien está recluido, prisionero, falto de libertad, que en este caso parece ser la propia sociedad Dominicana entera. ¿Quién tiene preso a la República Dominicana? ¡Que sospechoso es todo esto!


Partido de la Liberación Dominicana. ¡Que mal suena! ¡Que decepción! ¡Suena a chovinismo y nacionalismo! Ese anacronismo de la liberación…¿de qué? ¿A quien quieren liberar? ¿y de quien?. Parece la típica línea demagógica, “saca-votos-baratos”, a costa de regalar los oídos de la población con halagos, a lo más puro estilo naci, camuflado entre tintes izquierdosos. Esa misma tendencia que se está imponiendo ahora en Sudamérica . ¡Que demonios quieren liberar, si lo único que está empezando a oprimir a la población es ese caciquismo renaciente, despreocupado por el bienestar económico o subordinándolo a unos pretendidos “orígenes”, estirpes, razas, culturas, o “identidades”, ya tópicas, y de dudosa credibilidad.

Sería de risa contemplar los resultados de tres años de gestión “liberadora” si no fuera tan cruel el efecto que causa en la población la paralización de la economía, con unos ciudadanos perdidos, luchando por sobrevivir, peleando, más bien, por mantener la cabeza a flote, sin perspectivas, sin orientación, con un gobierno despreocupado por encauzar, apoyar, invertir, gestionar los recursos e implicarse en dar solución a cada una de las demandas de los ciudadanos. Tres años de inactividad haría mucho daño en el bienestar y en los bolsillos de los ciudadanos.

Oigo en la televisión que la principal fuente de economía, el turismo, desciende un 7% en el número de visitantes. Veo escaso movimiento en las inversiones en infraestructura, y empiezo a ponerme en guardia contra los que pueda haber sucedido. No me esperaba esto de la República Dominicana; un país emergente que empezaba a encontrar su sitio en la economía global.

Mis viajes a la República Dominicana siempre llevan la predisposición de defender y justificar la situación en que viven. También el ansia de contribuir y hacer lo posible para que la economía salga adelante. El de sentirme identificado con la necesidad de salir adelante y entrar el la vía del desarrollo. Pero esta vez no. Este año he sufrido una gran desilusión al no percibir ningún progreso; ninguna señal de nuevas realizaciones, las obras paralizadas en el mismo estado de hace dos años…

Es el momento ahora, en estos precisos instantes, de interesarse por la situación real de la economía dominicana para compararla con esta visión subjetiva:

El proceso de Crecimiento Económico y Social que siguió a los programas de estabilización ha sido muy importante para el país, ya que ha propiciado una alta tasa de crecimiento económico, baja inflación y reducción de la deuda externa. El crecimiento económico para el período 1992/98, excedió el 6% y para los últimos tres años, esto es, 1996/98 ha promediado la tasa de 7.6%, una de las más altas de toda América Latina. El sector servicios, continúa siendo la fuerza impulsora del crecimiento experimentado, el turismo, zonas francas, construcción, comercio y telecomunicaciones, juntos representan más del 60% del PIB en los últimos 5 años. La tasa de inflación anual alcanzó el 8.4% en 1997, decreciendo en 1998 al 7.8%.”

“Sin embargo, otros indicadores sociales revelan que la pobreza continúa siendo un problema crítico. Algunas fuentes la fijan en un 20 al 25% de la población dominicana”


La estrategia debe dar como resultado un plan de desarrollo sostenible, el cual proporcionará un crecimiento del producto interno bruto (PIB) para toda la economía de los próximos 15 años del orden del 7.0% y, en particular, para los sectores productivos agropecuario, agroindustrial, manufactura y minería del orden del 5.0%. Los sectores de servicios aportarán un 63% del PIB y los sectores de bienes el 37% restante, con una mayor vinculación productiva entre los dos sectores de la economía y no como al presente en compartimientos estancos.”
(Fuente)

Esta era la situación a finales de siglo. Pero ahora en 2007:

Las informaciones preliminares suministradas por las empresas e instituciones de las actividades económicas incluidas en el cálculo del Producto Interno Bruto (PIB) año de referencia 1991, indican que la economía dominicana continua con el mismo impulso de crecimiento del pasado año, ya que en enero-marzo del 2007 registró un crecimiento de 9.1%.”

“Partiendo del hecho, de que este crecimiento se está comparando con el alto nivel de crecimiento de 10.9% obtenido en enero-marzo del 2006, significa que en este primer trimestre del año las actividades económicas mantienen un acelerado ritmo de crecimiento.”


Esto se sustenta además, en el crecimiento de 10.7% alcanzado por la economía el pasado año 2006, luego de haberse mantenido, desde mediados del año 2005 por cinco trimestres consecutivos, creciendo por encima de dos dígitos.
(Fuente)

Lo que demuestra lo débiles que somos cuando nos dejamos llevar por apreciaciones personales sin contrastar.

Pero me alegra tener que rectificar, revisar los datos que me han llevado a tener esa falsa visión. No tenemos un sentido específico para “detectar” el nivel económico de una población. Simplemente, no es fácil retener u comparar una visión instantánea subjetiva, con otra separada pr un espacio de dos años.

De ser correctos los cálculos del BANCO CENTRAL DE LA REPÚBILCA DOMINICANA dentro de unos años las diferencias con los países desarrollados habrán desaparecido. Es otra gran noticia que nos reconforta enormemente.

La Tasa de desocupación ha registrado una significativa reducción de 3.7 puntos porcentuales al pasar de 19.7% en octubre de 2004 a 16.0% en octubre de 2007. Esta reducción del desempleo estuvo acompañada por un incremento en el empleo de 9.0%, evidenciando la recuperación económica iniciada desde agosto de 2004.”

Sigue siendo un paro alto, pero está evolucionando favorablemente.

Un estudio reciente realizado por el Banco Mundial señala que entre octubre 2004 y octubre 2006 la pobreza a nivel nacional se redujo en 6.8 puntos porcentuales, registrando la mayor caída entre el 2005 y 2006 como resultado del efecto positivo que ha ocasionado la recuperación económica.”

Parece que se cumple el dicho de “la sociedad avanza a pesar de los políticos”.

Va a ser que esos “liberadores” dominicanos no han conseguido, a pesar de todo, paralizar el desarrollo o detraer excesivos recursos para su beneficio. Las fuerzas de la economía global, con sus multinacionales, con sus aperturas de nuevos mercados, con su propagación buscando fuerzas de trabajo baratas y competitivas… empiezan a dominar sobre las planificaciones locales, las autarquías y las burocracias administrativas

miércoles, julio 11, 2007

Convidados



“Andábame días pasados por esas calles a buscar materiales para mis artículos”, como Fígaro allá por 1832, “embobado” y ensimismado en mis pensamientos salvo que “algún tropezón me recordaba de cuando en cuando que para andar por el empedrado de Madrid…” o por el de Santo Domingo en 2007, con esos agujeros profundos, a semejanza o imitación de las minas de ambar o de larimar, bien se requería prestar un poco más de atención al entorno. Atención a esos agujeros profundos institucionalizados, o no, hundidos o sobresalientes; los primeros debidamente calculados para poder atrapar una rueda de coche justo hasta la mitad.
Los segundos, los que sobresalen no son guardias tumbados, ni sargentos cabreados, sino generales del ejército, según el conductor de la guagua. Y deben de serlo por la autoridad que imponen sobre los intrépidos conductores de la capital.
No confundamos, tampoco, a estos generales con baches o pozos estratégicamente posicionados en las encrucijadas de caminos; estos constituyen verdaderos ejércitos de soldados que hacen las funciones de rotondas para limitar la velocidad de los vehículos en aquellas intersecciones más transitadas, facilitando de esa manera la subida y bajada de viajeros.

Y “llegaron las dos, y como yo conocía ya a mi amigo Braulio", así se podría llamar también el jefe del Atarazana, restaurante venido a menos y mantenido por la casualidad de encontrarse situado justo al lado de la Casa de Colón, en ese preciso sitio en el que el turista agobiado por el cansancio, el calor y la humedad acaba su periplo, buscando desesperadamente “aire” acondicionado “gratis y con descuento equivalente”, descanso, comida y lo que le den de comer a uno.

“No quiero hablar de las infinitas visitas ceremoniosas que antes de la hora de comer entraron y salieron de aquella casa, entre las cuales no era de despreciar todos los amigotes de la oficina con su señora y sus niños, y sus capas, y sus pararaguas, y sus chalecos, y sus perritos [..] Vengamos al caso; dieron las cuatro y nos hallábamos todos los convidados…” en el mismo restaurante de hacía 6 años; con los mismos cuadros; con el mismo aire acondicionado; con las mismas mesas y las mismas sillas; pero con buffet. Algo tenía que haber cambiado. Había cambiado el indicador de la economía; ese baremo invisible que se percibe en el ambiente; en el comportamiento de la plantilla… pero no se ve; se siente. Y ahora ese indicador está apuntando hacia abajo. Barrunta tormenta.

Sin embargo, a esos signos nadie debe dar crédito, porque son subjetivos; pueden cambiar en días y son demasiado dependientes del estado de ánimo de las personas…

“-Supongo que hemos de comer –exclamó don Braulio -vamos a la mesa, querida mía.

-Espera un momento –le contestó su esposa casi al oído- con tanta visita he faltado algunos momento de allá dentro y…”

-Aquí tenemos un buffete, con toda la variedad que ven, y más que se está haciendo en estos momentos…

-Bueno, si es lo que recomiendan ustedes… Pero… ¿La carta?

-Si, si, la carta, por supuesto, también tenemos carta, pero nuestro buffet…. Que recomendamos… Todo incluido por 300 pesos. Pasen y vean antes de ver la carta….

-Bueno, pues...

Buffete para todos menos para uno que está aún flojo del mal de Moztezuma y se ha pedido un pescadito a la plancha sin nada, llegue cuando llegue.

Ya estábamos terminando los del buffete y el de la carta tuvo que levantar la voz para indicar: “tengo hambre”.

Pues si; creo yo, estos son signos de decadencia, corroborada por el experto y veterano camarero cuando se nos ofrece como mayordomo para venirse con nosotros a asistir en nuestras mansiones españolas.

-¡Como no sea para cuidar mis dos macetas de terreno que tengo en la terraza…!- puntualiza Rosa.

No te precipites, me digo, esto no puede ser así; será de otra manera; no se debe generalizar. Pero si es una cuestión de percepción, y cuatro ojos ven siempre más que dos, yo pongo los mios, aunque sean de vista cansada y me obstino en describir los hechos observados y compararlos con cualquier otra escena similar aunque sea de otra época y otro pais.

“-Ustedes harán penitencia señores –exclamó el anfitrión una vez sentado-; pero hay que hacerse cargo de que no estamos en Ginieys- frase que creyó preciso decir. Necia afectación esta, si es mentira, dije yo para mi; y si es verdad, gran torpeza convidad a los amigos a hacer penitencia”

Penitencia no hubo porque eso aquí ya se extinguió, pero paciencia en su lugar no faltó, para pagar sin rechistar la “dolorosa” en dolores o dolares, por la subsodicha cantidad presupuestada incrementada en un 50% a causa de las cervezas Presidente. ¡Vaya ironía! ¡Aquel que está hundiendo la economía quiere salvarla a costa de cervezazos!

miércoles, julio 04, 2007

Manuel “El limpia”, lo mejor de Santo Domingo


Junto a la Casa de Colón en Santo Domingo, saliendo de la plaza por la escalera lateral, está Manuel, el limpia, estudiante de noveno (eso decía), sin haber conseguido en toda la mañana sino una mísera moneda de diez pesos (25 céntimos de euro) persiguiendo a los turistas asombrados de verse insinuados para una limpieza de zapatillas deportivas, chanclas o algo parecido.

Manuel el limpia (inútil profesión en estos tiempos), se ha empeñado en sacar brillo a mis alpargatas negras. Convencido, como está, de su empresa, se reafirma en llevarla a la práctica de todos modos, retándote, si es necesario, para tener esa oportunidad de demostrarlo. Incluso proveyéndose de testigos, amigos de profesión, que se le han unido para reforzar su punto de vista.

-Esas zapatillas te las dejo como los chorros del oro –insistía Manuel.

-Déjale que te haga una prueba y te convencerás- sugerían sus amigos.

Pero no hubo ni apuestas.

Manuel, cuando sea mayor, quiere ser reportero. Los grandes negocios no son lo suyo. Tampoco los pequeños. A los turistas no les gusta ser objeto del comercio especulativo, ni de ningún tipo de tráfico. Les repele la sola idea de ser considerados objetos tales. Y por ese mismo motivo acaban dando una falsa imagen de tontos, a los que no les cuesta soltar el dinero por cualquier capricho; o de estúpidos, empecinados en no ceder ni un peso ante cualquier gran servicio que se les haga.

Hoy los turistas “están muy duros” –decía Manuel.

Manuel no conoce el punto débil de estos bichos raros de guiris, capaces de pagar el doble del valor de los objetos cuando son de su antojo. Por ejemplo, ¡oh país de contrastes!, el turista puede concertar un taxis para un día por 200 dólares, el doble del salario mínimo mensual dominicano; regatear hasta dejarlo en 150; aceptarlo, y una vez concluido el servicio pagar 200; cuatro veces lo que el propio pagador gana en su tierra. ¡Tiene gracia! Y Manuel sin un mísero dólar por ocho horas de patear las calles de Santo Domingo.

Cuando sea mayor y reportero, Manuel descubrirá estas y otras muchas estupideces del ser humano. Ese día tirará a la basura su hatillo, sus cremas y sus cepillos; y es que, tal vez hoy por hoy, el mejor favor que se le puede hacer, es no colaborar en perpetuar una profesión tan inútil como degradante. Tal vez con palabras, razonamientos… Y si se lograra…, entonces bien merecía la pena pagarle su caja, sus cremas y sus cepillos a precio de oro; y regalarle una cámara, un bloc y unos bolígrafos para iniciarle en su nueva ocupación.

lunes, junio 11, 2007

La vida es un tren que no para nunca...



Muchas veces, el trabajo lento, constante y metódico del día a día, es como un artilugio creativo, que va aportando riqueza, “conocimiento” y valor sobre el elemento “social” al que modela. Elemento, que será, unas veces, algo material; otras, algo menos vistoso o completamente invisible; unas veces, conllevará inmediatos resultados prácticos; otras, será un peldaño más formando parte de una escalera por la que habrán de pasar los que vengan detrás huyendo de la quema del tiempo pasado.
Y llegará un día (¡que amargo ese día!), en que ese trabajo se ralentice y haya que recurrir al relevo generacional, porque la vida es un tren que no para nunca y que se renueva constantemente sobre la marcha.

jueves, mayo 24, 2007

La revolución de la web 2.0.


"¡Cuidado!, ¡IBM también se quiere sumar a la WEB 2.0!"

Esto lo he leído en “Nablazone.com

"Ahora resulta -continúa- que IBM también se va a sumar al carro de la web 2.0. Con dos años de retraso, como nos acostumbra a hacer últimamente en todo. Dentro de poco movilizarán a sus agentes comerciales para convencer a sus clientes de que acaban de hacer un gran invento. Puede que incluso ingenien un nuevo nombre y unos nuevos productos dedicados a hacer realidad esta gran novedad: Nuevas siglas atosigarán al sufrido usuario hasta marearle y convencerle, como hizo recientemente con la arquitectura abierta SOA, de la exclusividad y genuina autenticidad de su plataforma. Cara, lógicamente, pero única. ¡Ay señor, señor! Lo que hay que ver."

Ahora que los demás estamos de vuelta; cuando llevamos inmersos en esta nueva generación “viviéndola” o “sufriéndola” con toda su intensidad, pretenden venir otros, con su prepotencia característica, a darnos lecciones.

¿A qué va a venir ahora IBM a atribuirse algo que ya está gozando la gente más sencilla en los rincones más apartados del planeta? ¿Lo conseguirá?

Pues es posible que lo consiga, porque cuando hay una indefinición relativa a la aparición de "algo nuevo", de un concepto nuevo, de un nuevo modo de hacer, de una metodología o una arquitectura nueva… el grande acaba imponiendo su criterio sobre el chico. No será la misma “web 2.0” de la que ahora hablamos; será una web-pepito 2.0 descolorida, descafeinada, pero muy sobrecargada de parafernalias e inversiones para el interesado que se "suba al carro"; un gran movimiento de capital para llenar los bolsillos de algunos; para satisfacción del interés egoísta de los promotores. Será, en definitiva, algo muy distinto de lo que hoy concebimos que es.

Salvo que esta vez tengan que tragarse su orgullo y pedir disculpas por su falta de humildad. Por no haber captado la idea de la web 2.0

La web 2.0 está haciendo resucitar al mundo honesto y enterrando a los arrogantes.

La web 2.0 puede ser el primer paradigma de revolución cultural nacido en el seno de la Sociedad de la Información en su carretera hacia la Sociedad del Conocimiento.

Antes de la web 2.0 fantaseábamos con pretender tener grandes volúmenes de información en nuestro bagaje cultural. Queríamos conocerlo “todo”, leerlo “todo”, tener información de “todo”. Después de esta revolución nos conformamos con tener tiempo suficiente para conocer lo que escriben y dicen nuestros amigos, compañeros, familiares y conocidos. De poder llegar a los más próximos aportando información valiosa o erronea, que sólo en grupo podemos depurar, mejorar y elevar a un grupo superior, tras un exhaustivo y minucioso filtrado.

Antes de la web 2.0 recibíamos cantidades brutas de información desordenada y revuelta. Tras la revolución de la web 2.0 no nos van a engañar tan fácilmente, porque el filtrado del conocimiento va a ser mucho más riguroso, hasta en las propias filas de los promotores.

Antes de la web 2.0 dábamos crédito o valor a cualquier afirmación hecha en un libro publicado, asumiendo la validez de los contenidos con una fe irrazonablemente ciega e incomprensible y el convencimiento de que sus resultados estaban absolutamente contrastados por no-se-sabe-quien. Después de la web 2.0 nuestra “fe ciega” ha muerto o ha mutado en todo lo contrario: "Toda la información que me llega es, de entrada, falsa". Tengo que emplear mis propios recursos analíticos para desechar al menos un 90% de esa información por “interesada”, “propagandística”, “no contrastada”, “parcial”, “intrascendente”o “desatinada”.

Antes de la web 2.0, casi siempre creíamos “tener razón”, “estar en lo cierto” en nuestras ideas, nuestro pensamientos, nuestro proceder y nuestras costumbres. Después de la web 2.0 nos conformamos con llegar a acertar con un porcentaje que sea ligéramente superior al 50%.

Esto es muy importante. Nos hace humildes. Reconocer que todo lo que pensamos, y lo que creemos, puede ser tan cierto como lo que piensa nuestro “contrario”, supone un cambio muy radical en la concepción de nosotros mismos. Pero... ¿tiene esto algo que ver con la WEB 2.0?

Mi respuesta (que puede ser acertada en un 50%) es que, tal vez, si. Por lo siguiente: En el mundo de la web 2.0 hemos dejado de ser espectadores puros, receptores de información, para convertirnos en actores que proponemos y participamos. Somos lectores, pero también somos escritores, y empezamos a conocer el mundo desde ambas perspectivas. Somos conscientes del poco alcance de nuestra participación, por la innumerable colección de tamices que hemos de atravesar, pero, al menos, tenemos una oportunidad. Y al mismo tiempo somos exigentes en convertirnos en filtros de lo que del exterior nos llega.

Tras la revolución de la web 2.0 es posible que ese 90% de información inútil haya sido descontaminada definitivamente y empiecen a surgir vacunas en el mercado para prevenir enfermedades socio-culturales tipo “falsedades mediáticas”, “propagandas engañosas”, “falacias ingenuas”, “hipocresías bondadosas”, “mensajes tendenciosos”, “engaños de buena fe”, “resultados interesados”, “presentaciones maquilladas”, “Business Cases falsificados”, “Auditorias partidistas” …

Pero jugamos con una ventaja con respecto a los antiguos especialistas proveedores y fuentes de información. Los que escribimos ahora, lo hacemos porque sentimos la necesidad de comunicar algo, no lo hacemos por obligación; luego tenemos más posibilidades de acertar que los “escritores” de la generación anterior. Es solo una pequeña ventaja, pero la sumatoria de millones de pequeñas ventajas es lo que hace cambiar al mundo. Y en ello estamos.

martes, mayo 08, 2007

De la insostenibilidad a la sostenibilidad


Otra vez vuelves a hablar de “destrucción del estado de equilibrio ACTUAL”, pero esto no está tan claro. ¿En que consiste esa destrucción en un mundo donde se están constantemente creando estructuras y creciendo en riqueza? Eso no es destrucción. Destrucción es romper el orden creado: dejarse llevar por la tendencia natural hacia el crecimiento de la entropía (segundo principio de la termodinámica: si no se hace nada todo se desordena).

Hablas de un planeta “que se encuentra cuasi saturado de vida humana”, pero, en principio, eso es bueno; es sano; cuantos más seamos, más podemos contribuir a resolver los problemas de la degradación y a la vez estaremos confirmando esa buena tendencia hacia la ordenación…

Eso sí es lo que ha de ser: “crecer y multiplicarse…” No se donde lo he oído.

Hablas también de “ruptura de este equilibrio alocada, egoísta y sin conocimiento de una pequeña y depredadora parte de esa población”, que es donde podemos empezar a coincidir, porque para evitarlo es para lo que estamos luchamos.

Pero no estoy de acuerdo en que hagamos un “consumo desenfrenado de recursos”. Si entendemos que “recurso” no es otra cosa que una forma de energía, yo presumo que consumimos exactamente lo que producimos, porque para eso lo producimos. Bueno, algunas veces podríamos pensar que se malgasta, se derrocha y se desperdicia… Por ejemplo ¿cuando matamos una vaca para comérnosla, estamos ‘destrozando’ un maravilloso orden solo para alimentar una ‘estructura’ (nosotros) más joven y evolucionada y con más posibilidades de aportar nuevo orden y conocimiento? No, porque la vaca, como nosotros, ha nacido para morir, para desintegrarse; sólo ha nacido para procrear y, eventualmente, para contribuir a una mejora genética de su descendencia. Una vez cumplido ese fin, su existencia deja de tener sentido.

Parece que algunas veces destrozamos y malgastamos, pero eso lo hacemos cuando perdemos el norte y no sabemos distinguir lo que es destruir de lo que es construir para no-se-sabe-quién. Como decía el proverbio: "La Tierra no es una herencia que nos hayan regalado nuestros padres, sino un préstamo que hemos de devolver a nuestros hijos". Aquí hemos venido para hacer que nuestros hijos encuentren esto un poco mejor…

Nos vamos aproximando.

“No es que no tengamos energía suficiente... es que no la tenemos para derrochar absurdamente como lo hacemos en el mundo desarrollado”. Esto no debería ir contra el primer principio de la termodinámica: La energía no se crea ni se destruye, sólo se transforma. Si tenemos energía infinita, lo único que importaría sería no dedicarla a destruir.


El problema de la insostenibilidad es que, como bien dices, si no se administra bien el crecimiento, llegaremos a un “callejón sin salida” creando entidades irracionales, primitivas, megalómanas e ineficaces, momento en el cual la “solución natural”, la de la “supervivencia de los más aptos” nos da un toque y un escarmiento reorientándonos con alguna que otra guerra, cuyo fin es destruir a las sociedades menos dotadas, a las más anacrónicas y crear un filtro que deje sólo a las mejor preparadas. Es el mecanismo normal de la evolución biológica. Mecanismo cruel que la civilización debería en algún momento llegar a superar. Esto sería la sostenibilidad.

domingo, mayo 06, 2007

Sostenibilidad o crecimiento

Sostiene Carlos en su blog que “hemos sometido al planeta” a un “duro maltrato”. Esta afirmación no la discute. Es un principio del que se derivan muy variadas consecuencias relativas al comportamiento futuro de nuestra sociedad y de los individuos que la componen, al ahorro energético y al consumo y a la explotación racional de los recursos.

Semejante certeza apriorística tiene muchas consecuencias. De ella derivan críticas a nuestra forma de vida y a nuestro proceder en el presente, y surgen propuestas de cambio, nuevas recomendaciones para tener un futuro distinto del que nos estamos construyendo.

Pero yo le pregunto a Carlos: ¿Y si fuera falsa esa premisa? ¿Y si no estuviéramos maltratando al planeta, sino haciendo de él un lugar habitable tanto para las especies animales como para el hombre y la sociedad? Entonces ¡adiós artículo!

Sostiene Carlos en el mismo post que las fuentes energéticas se están agotando, hecho que refuerza su tesis del ahorro y la moderación en las inversiones. ¡Anda, que si esta tesis también fallara…! Para insinuarle esta remota posibilidad le conté lo del motor de hidrógeno “de mi invención”, que otros llaman pulsometro: una máquina tan simple como la que hace coincidir en un instante y en un punto una pequeñísima cantidad de hidrógeno y una gran cantidad de energía para provocar su fusión. Los problemas técnicos que los resuelvan otros -como nos dicen a los informáticos- y si nó saben resolverlos, se contrata a un becario.

Por si no fueran acertadas las tesis de las que parte Carlos voy a exponer mis antítesis:

La Tierra, como cualquier sistema natural, está avocada a degradarse térmicamente; evaporarse y disolverse en la infinidad del Universo (segundo principio de la Termodinámica).

A medio plazo la Tierra está sentenciada a perecer por factores externos: El sol se ha de apagar necesariamente. Y a corto plazo la degradación natural no para de actuar contra todo atisbo de ordenación biológica o social con que nosotros la queramos dotar. Los meteoritos seguirán impactándonos, las tormentas destrozando, la erosión desgastando, los huracanes destruyendo, los incendios quemando, los volcanes y terremotos rompiendo todo lo que encuentren a su paso sin ninguna consideración por las personas, las vidas o las ciudades.

Resumiendo. No estamos maltratando al planeta. Sólo los seres vivos y la Sociedad, con sus respectivas evoluciones, luchan por contrarrestar esa tendencia natural degradatoria, creando estructuras cada vez más complejas y combativas.

Las amenazas naturales son imprevistas y cada vez hay que estar más preparados para sobrevivir a ellas. Hay que saber salir al exterior del planeta y crear células habitables y sostenibles en el espacio. Hay que estar preparados ante cualquier contingencia. Diversificar riesgos. Invertir. Encontrar nuevas fuentes de energía. Crecer en organización y conocimiento.

Garantizar, en definitiva, la supervivencia de la Civilización y la Vida.

¿Por qué?
Eso si que no lo se.