domingo, noviembre 04, 2007

Necla, la de la sonrisa grande

Las cosas son como son, pero también como nos las pintan. Si Turquía te la describe Necla, la de la sonrisa grande, entonces Turquía es mucho Turquía. Necla nos ha hecho ver cómo un guía turístico es un auténtico embajador de su país ante el mundo. Y también, que si Necla fuera su embajadora ante la Comunidad Europea entonces Turquía sería miembro de pleno derecho de la Unión.

No es solo la sonrisa. No es solo la profunda formación en historia de su país y del país de donde proceden los turistas. No es solo por sus conocimientos sobre la sociedad moderna actual... Es también por la dedicación, el interés y el amor por su trabajo; por querer hacer, y hacer, bien las cosas… Por ser activa, incansable, eficaz…

Pero no estamos aquí para alabar a nadie sino para criticar. De nada sirven las adulaciones para la persona adulada. Las adulaciones sólo sirven para fomentar la autoestima, el engreimiento, la vanidad, la petulancia, la jactancia, la fanfarronería, la pedantería, la inmodestia, la vanagloria, la necedad, etcétera, que todos llevamos dentro. Es decir, para derribar algo que se ha edificado y construido con mucho sacrificio, tiempo y dedicación. Necla no debería aceptar regalos de los clientes en reconocimiento a su trabajo. El dinero, como la adulación, también envilece.

No le haríamos a Necla ningún favor si no la criticáramos, puesto que en la crítica y la consiguiente corrección de la causa que la provocó, está la clave de la propia mejora.

En ello estamos.

¡Asómbrense! ¡Necla, la de la sonrisa grande, es machista! En un país de mayoría musulmana, donde una mujer moderna debería portar el estandarte de la liberación femenina, Necla justifica el estatus actual y reivindica menos trabajo para la mujer y su jubilación a los 55 años.

Necla no reconoce ser machista. Nosotros tampoco podemos acusarla de serlo porque en ningún momento defendió que el hombre no tuviera el mismo derecho de retirarse a los 55 años. Pero nosotros lo sobreentendimos.

Un guía turístico habla de religión, política, historia, sociedad… pero siempre sin pronunciarse. Si las mismas disertaciones que nos dio hubieran sido objeto de tesis doctoral tal vez se hubiera dejado desprender mayor cantidad de conclusiones personales e hipótesis de su propia cosecha. Por eso tampoco podemos acusarla de tradicional cuando nos relata hechos, leyendas y mitos que el guión exige. Una cosa es que Turquía esté en el centro del mundo, como también lo están París, Roma, Moscú, Nueva York y mi pueblo, y otra, muy distinta, que en Turquía se halle el origen de casi todas las civilizaciones, que sea el centro de la historia, paradigma del cosmopolitismo, enlace culturas y árbitro mundial entre las tensiones Oriente-Occidente y Norte-Sur… Pero inquietud si nos ha dejado.

No me refiero a la inquietud sobre el segundo mandamiento del Antiguo Testamento, que eso debe ser asunto viejo, pues si de una persona muy versada se tratara, esa inquietud la habría echo extensiva a la totalidad de los mandamientos; esos que cada cual escribe como le da la gana, empezando por el propio Moisés, para adaptarlos a su particular conveniencia. Ver (http://www.microsiervos.com/archivo/leyendas-urbanas/diez-mandamientos.html). No. Me refiero a muchas otras inquietudes sobre la situación social, política y religiosa de nuestros tiempos.

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