Mi opinión, a propósito del nuevo equipo de gobierno del PP fruto de las últimas elecciones democráticas españolas, es que va a desplegar una política más socialista que la que hizo el anterior gobierno del Psoe. Capitalista también, puesto que estamos en situación de crisis y hay que salvar el mercado global, pero mucho más volcada en la defensa de la Sociedad que en la articulación de mecanismos que privilegien a individuos concretos. Son imperativos supranacionales a lo que tienen que responder. Democráticos, puesto que se trata de directivas que emanan del consenso establecido por dirigentes elegidos democráticamente por los paises, o delegados de gobiernos democráticos locales.
Hoy en día, ser de un partido es más una opción sentimental que una ideología; como ser del Real Madrid o ser del Barça.
Da igual que el partido político se llame de derechas o de izquierdas, socialista, internacionalista, global o nacionalista, capitalista o comunista. El comportamiento puede ser completamente opuesto. Hay que juzgar sólo por los resultados. ¡Cuantos mandatarios parásitos se desgañitan gritando a rabiar que son de izquierdas, aberzales o internacionalistas proletarios, cuando abiertamente están manisfestando comportamientos dictatoriales, caciquiles, corruptos, imperialistas, sectarios, racistas o de ultra-derecha!
La Sociedad a la que servimos es, hoy en día, un complejo ser vivo, compuesto por individuos, ciudadanos del mundo y otras agregaciones de agregaciones y agrupaciones de individuos: empresas, naciones, países, multinacionales, corporaciones, organizaciones, redes, asociaciones...
Los individuos siempre intentarán resolver su vida individual y la de sus próximos asociados, anteponiéndolo a la sociedad del bienestar, infiltrándose en dá igual que partido, organización, empresa o grupo. Pero la Sociedad también se protege, cerrando filtraciones, posibles fugas legales, poniendo mecanismos de seguridad y de defensa, tratando de arbitrar soluciones equitativas, repartos igualitarios, justicia distributiva.
Como están las cosas, con una crisis económica en plena esfervescencia, una ciudadanía muy sensibilizada, unas redes sociales y unas agrupaciones denunciando cualquier agresión contra el bienestar, denuncias contra la corrupción y el caciquismo, no habrá gobierno que pueda sacar adelante políticas antisociales, ni individuos infiltrados con mucha capacidad para rellenar sus propios bolsillos en detrimento de los bienes colectivos.