Respuesta a Adriana

“Dios:

Yo se que tienes tus motivos para hacer las cosas, se que todo esta controlado por ti, pero por que tenemos que sentir este dolor, por que tenemos que morir? Bueno tal vez si no nos morimos este mundo estaria lleno de gente (mas de la que hay) y ya no cabriamos, pero tambien por que la gente buena se va primero? si ya se que todos somos iguales y que cada uno de nosotros somos unicos e instituibles, todas esas preguntas me hago y no hay respuesta, por eso te escribo, te escribo para que me des una lucecita una señal.

Nos decia el padre en el funeral el dolor es de Dios y la Tristeza es del diablo, que explicacion es esa? No es lo mismo dolor que tristeza?

Sientes que te arrancan el corazon con todo y tripas, que no hay dolor mas grande que perder a un hijo, que eso es lo que querias tu? que sufrieramos como tu madre en tu muerte?

No se me hace justo y te volvemos a preguntar por que por que?

Y solo te das la vuelta para no decir nada? o estas a nuestro lado llorando con nosotros.
Solo te pido que nos des el consuelo y la fuerza para seguir y seguir...

Adriana (United States).
Tratando de vivir mi vida de acuerdo a mi edad, pero voy muy atrasada.
Cartas.com (http://cartasquemandar.blogspot.com/ )”

Adriana:

Chica, me has impresionado. Así que, aunque sea impropio de Dios ponerse en el estado de “matar moscas”, como el mismísimo diablo, voy a serte todo lo “franco” que no supo ser un delegado que con ese nombre puse en España, hace ya algunos años. Vamos por partes:

Tu no sabes si yo tengo motivos o no tengo motivos para hacer las cosas. Eso te lo dirá el cura de turno, que tiene menos idea de lo que yo hago que tu y que cualquier otro. ¡Ahora resulta que yo soy culpable de todo lo que pasa en el mundo! ¡Ni que yo fuera la mismísima administración BUSH (Bandidos, Usurpadores, Sanguijuelas y Herejes)! ¡Si yo te contara la poca influencia que tengo sobre la materia, la vida y sus vaivenes!. Solo te puedo contar que fue un engendro que se me escapó de las manos y que ha crecido conforme a sus propias reglas. Yo no puedo controlar todos los detalles, ni todo lo que pasa en cada uno de sus microentornos y microsistemas del Universo. Sólo ahora, y gracias a la red, puedo, de vez en cuando, echar un vistazo a las vivencias que me cuentan algunas personas, como tu, y puedo entretenerme en responder, pero no resolver, ni interferir.

El problema no es tener que morir o no tener que morir -pregunta número dos-, el problema es que seais conscientes de ello. Eso es lo que más duele. Pero como te dije, eso yo no lo controlo. Se me escapó. Nunca llegué a imaginar que esta maquinaria amorfa iba a acabar generando seres conscientes y racionales, con esa rara capacidad que querer reinventarme, sacando historias acerca de mí, que yo jamás he transmitido a nadie. Morir es inevitable, porque forma parte del principio que rige ese engendro que monté; porque está encuadrado en un marco espacio-temporal. El mismo mecanismo que posibilitó que nacierais es el que hace inevitable que muráis. Más grande será mi problema, al que tendré que enfrentarme, si conseguís saliros de ese marco. Me vais a poner en un grave compromiso, porque cuando rompáis la barrera espacio-temporal, rivalizareis en eternidad conmigo y en exención de las ataduras espaciales. Lo cual no quiere decir que tenga que meterme en los asuntos de todo el mundo y a todas las horas. ¡Faltaría más! Ni de hacer de Celestina. Y, mucho menos, nada que sea romper las sagradas leyes bajo las que yo os situé. ¡Que jodido es ese escritor que puso en la inteligencia de Eva la regla de no comer manzanas de un determinado árbol para, de ese modo, poder rivalizar conmigo! Algo barruntaba el narrador. Sospechó que me iba a sentir un poco celoso del logro obtenido por la mujer al alcanzar la inteligencia. Pero no lo dijo así. Se sacó una historia de la manga para aplacar el deseo de saber y para responder preguntas parecidas a las que tu me haces. Una bonita historia que desempeñó su papel mientras duró, pero que, hoy en día, no cree nadie. Ahora hay que ser racionales y entender las cosas como son.

Haces muy bien en cuestionar las tonterías del padre que echó el sermón del funeral. Estos curas, cada día están mas desorientados. La frasecita que os soltó fue verdaderamente desconcertante por falta de lógica, sentido y apoyos que la sostengan: “El dolor es de Dios y la Tristeza es del diablo”

¡Mentira! Ni en la Biblia, ni en todos los libros sagrados; ni siquiera en Google, que lo “sabe” todo, encuentras algo semejante. Afirmaciones de ese calibre sólo pueden ser fruto de la improvisación, para cubrir el expediente de echar tierra al muerto y largarse a casita con la satisfacción del deber cumplido.

Pero el dolor que se siente por la perdida de un hijo no puede ser objeto broma. Ese dolor es real y tiene su origen en el intenso amor con que se ha dotado a los padres para garantizar la sucesión. Proteger, defender y asegurar la vida de los hijos es una ley básica a la que debéis vuestra existencia los mortales. Sólo pensar en la posibilidad de que esta ley no se cumpla os causa intenso dolor. Duele más la vida de un hijo que la propia. Pero ahí tienes la prueba de que yo no puedo evitar que un porcentaje mínimo de casos se produzca. Hay otras leyes que rigen el “engendro”, por las cuales se producen esas desviaciones. Esas leyes yo no las he inventado, puede que hayan sido obra del “diablillo de Maxwell”, pero mías no.

Con respecto a la petición que me haces de darte “el consuelo y la fuerza para seguir y seguir...” ya la tienes concedida. El día que menos lo esperes te verás con las mismas “mercedes” y privilegios que yo tengo ahora: Se acabaron las preocupaciones por la vida de tus hijos, amantes o amigos. “A dios” con los problemas mundanos de la alimentación, la vivienda y toda la logística de la higiene personal. Aquí en la residencia de la tercera edad, “las Mercedes”, todo te lo dan resuelto estos ángeles atentísimos, que controlan, incluso, las horas de acceso a internet que nos corresponde a cada uno.

DIOS

(División Interna de Oraciones y Súplicas)