martes, enero 31, 2012

¿Desacargas ilegales?



Cuando navegamos por internet, sin saberlo, estamos haciendo multitud de bajadas  de datos de procedencia variable desde la Red a tu ordenador.  ¿Estamos haciendo descargas ilegales?  Se trata de información que podemos reutilizar, vender, comprar, cambiar, transformar... o simplemente ignorar, despreciar o desprestigiar.  Nadie puede garantizarte la fiabilidad de esa información, su calidad o su validez. Sólo tu mismo.

En la vida diaria estamos leyendo libros prestados, libros de la biblioteca, viendo cuadros en las exposiciones, oyendo música de la radio, de los cantes callejeros,  recitales de poesía, representaciones espontáneas de histéricos enfrentados por asuntos de tráfico. ¿Estamos cometiendo descargas ilegales?

Alguien quiere inventar un nuevo crimen titulado “descargas ilegales”

¿Descargas ilegales o posesión ilegal?

Cuando alguien pretende cobrarte por pasear por un lugar donde se está haciendo la representación de una obra de teatro, o por aparcar en un solar de dudosa adjudicación, respirar aire libre  o beber agua corriente  de cualquier sitio, ¿estás haciendo consumo ilegal, o alguien  está haciendo posesión ilegal de un bien  que nunca habría de haber sido privatizado?.

De la misma manera, cuando caminas por el campo, por un campo que nadie se haya apropiado, recibes “inputs” constante de proteínas, vitaminas, colores, olores, sabores, vida, energía, polvo, polen, materiales inorgánicos, nutritivos, venenosos,   productos biológicos  ilimitados...  Tu los puedes reutilizar, vender,  comprar, cambiar, transformar... o simplemente ignorar, despreciar o destruir.  Tendrás que vértelas con la Sociedad  que tiene la obligación de regular y arbitrar el uso compartido de los bienes.

Se trata de regular el uso de las cosas de forma equitativa, pero no tiene sentido que esa regulación promocione desequilibrios tan exagerados de modo que,  por el mismo trabajo, uno se convierta en un Bill Gate millonario,  y otro en un mísero programador mileurista.   

Esta interpretación de la justicia no solo habría que hacerla entre personas y   equipos próximos,  dentro de un país, sino a nivel supranacional,  e imponerlo globalmente, afectando tanto a la relación entre las personas entre sí, como a las relaciones entre ellas y las empresas,  multinacionales y estados.

No se quiere reconocer que hemos dado un salto histórico,  mucho más grande que con la creación de la  imprenta. Ahora la reproducción de un libro es  infinitamente más económico que estampar un sello en una hoja de papel.

Mediante la red, un libro se propaga instantáneamente, no hay consumo de papel, no  hay editora,  no hay  distribuidora, no hay librería ni biblioteca. Yo escribo un libro, lo pongo en mi web gratuita y 3 mil millones de personas lo tienen a su disposición al momento. Coste cero.  Sólo tienen que pagarme el tiempo que he dedicado a escribir el libro (dos,  tres meses, un año....), pongamos 300.000 euros (que ya está bien), entre 3.000.000.000, tocan a 0,001 euro.   Ese es su valor. A partir de ahí podemos hablar. Si alguien consigue engañar a la Sociedad y sacar una sobrepaga de un millón de euros es su problema,   a  debatir  con la justicia de su país o con las leyes aprobadas al respecto por los ciudadanos.      

¿Quien puede definir como “ilegal” que  yo vaya recitando el poema del mio Cid por la calle  enseñándoselo a todo el que se ponga en mi camino?.

La propiedad intelectual ha de ser patrimonio de la Humanidad. Pertenece a la Sociedad en su conjunto, que lo ha posibilitado, lo ha promovido y lo ha patrocinado.  Al equipo o a la persona que lo ha creado le pertenece cobrar por el trabajo invertido en producir un valor añadido y ,casi siempre, con independencia de que el producto obtenido haya tenido el éxito esperado o haya sido desplazado por otro más apto o mejor aplicable en el momento concreto.  Pero si no se recompensan los resultados fallidos de una investigación o de una iniciativa, no estamos favoreciendo la innovación, pues sabemos que  sólo un porcentaje pequeño del trabajo de los nuevos emprendedores resulta exitoso.

La Sociedad ha de recompensar generosamente al que innove, investigue, se forme, aprenda, invierta, cree y promueva nuevas iniciativas aunque no sean exitosas “a posteriori”, pues, de antemano no se sabe la posible penetración y demanda que puedan  tener los productos resultantes.    

viernes, enero 27, 2012

Cerrar MEGAUPLOAD o matar al mensajero.



Con relación al artículo  Una tarifa plana para acabar con los Megaupload” publicado en Expansión,  en el que trata de comparar el intercambio de archivos con el robo de un porche, en el párrafo: “En lugar de intercambio de archivos, yo me voy a inventar el intercambio de activos. Voy a ir a un concesionario de Porsche y voy a robar un Porsche Carrera, que como me parece caro tengo derecho a robarlo, y luego se lo dejaré a todos mis amigos, pero, eso sí, sin cobrarles nada. Para justificar el robo, puedo argumentar que Porsche gana mucho dinero, que necesito el coche para ir a trabajar, que mi única intención es socializar el lujo, que un coche da mucha libertad”, por Manuel del Pozo,  tenemos que denunciarlo como una aportación ingnorante y falaz, encargada y subvencionada por una campaña mediática  contra el progreso y los logros adquiridos por nuestra Sociedad, que somos todos,  y a favor del enriquecimiento personal de los que comercian con la cultura y los bienes colectivos.

Para que el símil del  Porsche  se parezca al  de “intercambio de archivos”  debería darse la siguiente situación:

La Sociedad ha evolucionado hasta tal grado que cualquiera puede reproducir un  Porsche  a coste cero. En esa situación,  el precio de los vehículos se habría reducido considerablemente: Cuando yo  adquiera uno, por el medio que sea, a la hora de prestárselo a mis amigos haría un clon y se lo dejaría utilizar sin deshacerme del original.  Mis cinco amigos, al considerar que se trata de un artículo muy valioso se lo cederían, con el mismo método,  a  otros cinco amigos, de tal forma que el mundo estaría plagado de inútiles y contaminantes  Porches, Mercedes, Ferraris, BMW, SEAT, ....  Salvo que  un ser inteligente decretara la facilidad de tener un lugar de almacemamiento de conocimientos  único (un MEGAUPLOAD),  de forma que el que necesitara un Porche lo cogiera, lo clonara, lo usara y lo destruyera para su reciclado.    


Resumendo:      

  1. El intercambio de archivos es una facilidad, conquistada por nuestra civilización, gracias a la aportación de miles de personas que han estado investigando y mejorando las comunicaciones, las redes, la digitalización y la informatización: Científicos, ingenieros, programadores, analistas, escritores, investigadores...,  en definitiva  TODA LA SOCIEDAD ha colaborado en ello.
  2. De esta facilidad de clonación e intercambio de archivos se han aprovechado algunos negociantes,  vendedores y comerciantes sin escrúpulos,  que han reivindicado para ellos la invención del software  que hace esto posible, y de la que se quieren seguir aprovechando otros, con engaño.
  3. El intercambio de archivos no lo puedes evitar cerrando web que gestionan o facilitan el almacenamiento. La facilidad de clonar archivos a coste cero hace imposible impedir su propagación.
  4. Cerrar servidores de almacenamiento, tipo Megaupload o Youtube, lo único que propicia es la propagación y multiplicación, de archivos, inutilmente y de forma explosiva,  cuando con una sola copia podía servir para todos, que lo usan. lo leen y lo destruyen, a un módico precio.
  5. La facilidad de propagación explosiva (en cadena) de ficheros por la red solo propicia que dados de calidad mediocre o dudosa se extiendan con la misma facilidad que los de gran calidad.
  6. La facilidad de uso y consumo de información desde servidores de datos en la nube facilita  el acceso selectivo al conocimiento, y la evolución ascendente del mismo,  según la ley natural de “selección de los mejores”.