domingo, mayo 06, 2007

Sostenibilidad o crecimiento

Sostiene Carlos en su blog que “hemos sometido al planeta” a un “duro maltrato”. Esta afirmación no la discute. Es un principio del que se derivan muy variadas consecuencias relativas al comportamiento futuro de nuestra sociedad y de los individuos que la componen, al ahorro energético y al consumo y a la explotación racional de los recursos.

Semejante certeza apriorística tiene muchas consecuencias. De ella derivan críticas a nuestra forma de vida y a nuestro proceder en el presente, y surgen propuestas de cambio, nuevas recomendaciones para tener un futuro distinto del que nos estamos construyendo.

Pero yo le pregunto a Carlos: ¿Y si fuera falsa esa premisa? ¿Y si no estuviéramos maltratando al planeta, sino haciendo de él un lugar habitable tanto para las especies animales como para el hombre y la sociedad? Entonces ¡adiós artículo!

Sostiene Carlos en el mismo post que las fuentes energéticas se están agotando, hecho que refuerza su tesis del ahorro y la moderación en las inversiones. ¡Anda, que si esta tesis también fallara…! Para insinuarle esta remota posibilidad le conté lo del motor de hidrógeno “de mi invención”, que otros llaman pulsometro: una máquina tan simple como la que hace coincidir en un instante y en un punto una pequeñísima cantidad de hidrógeno y una gran cantidad de energía para provocar su fusión. Los problemas técnicos que los resuelvan otros -como nos dicen a los informáticos- y si nó saben resolverlos, se contrata a un becario.

Por si no fueran acertadas las tesis de las que parte Carlos voy a exponer mis antítesis:

La Tierra, como cualquier sistema natural, está avocada a degradarse térmicamente; evaporarse y disolverse en la infinidad del Universo (segundo principio de la Termodinámica).

A medio plazo la Tierra está sentenciada a perecer por factores externos: El sol se ha de apagar necesariamente. Y a corto plazo la degradación natural no para de actuar contra todo atisbo de ordenación biológica o social con que nosotros la queramos dotar. Los meteoritos seguirán impactándonos, las tormentas destrozando, la erosión desgastando, los huracanes destruyendo, los incendios quemando, los volcanes y terremotos rompiendo todo lo que encuentren a su paso sin ninguna consideración por las personas, las vidas o las ciudades.

Resumiendo. No estamos maltratando al planeta. Sólo los seres vivos y la Sociedad, con sus respectivas evoluciones, luchan por contrarrestar esa tendencia natural degradatoria, creando estructuras cada vez más complejas y combativas.

Las amenazas naturales son imprevistas y cada vez hay que estar más preparados para sobrevivir a ellas. Hay que saber salir al exterior del planeta y crear células habitables y sostenibles en el espacio. Hay que estar preparados ante cualquier contingencia. Diversificar riesgos. Invertir. Encontrar nuevas fuentes de energía. Crecer en organización y conocimiento.

Garantizar, en definitiva, la supervivencia de la Civilización y la Vida.

¿Por qué?
Eso si que no lo se.

1 comentario:

Anónimo dijo...

En fin… hay que reconocer que por una vez es alentador leer tan optimistas consideraciones sobre nuestro futuro como especie y como sociedad organizada. Coincido contigo en que no tiene sentido, salvo metafóricamente, hablar de “maltrato” del planeta. Este está ahí y seguirá dando vueltas hagamos lo que hagamos nosotros. Alcanzará sus equilibrios y responderá según todas las leyes de la física y la química a nuestras acciones. Y por ello no se inmutará lo más mínimo, ni tendrá la menor consideración a nuestros deseos o esperanzas. También, porque es indiscutible, coincido en que algún día por una u otra causa desaparecerá del universo. Pero esto son fenómenos que opino que de ninguna forma van a mitigar nuestra responsabilidad como sociedad avanzada en la destrucción del estado de equilibrio ACTUAL del planeta en un momento en que este se encuentra cuasi saturado de vida humana. La ruptura de este equilibrio alocada, egoísta y sin conocimiento que una pequeña y depredadora parte de esa población, podemos provocar (si no la hemos provocado ya) por un consumo desenfrenado de recursos, no v a ser nada compasiva (no lo está siendo ahora… y si no, contemos pateras) con la otra porción de la población.. y cuando las cosas se ponen mal para ricos y pobres… ya se sabe quién va a salir perdiendo. Este hecho no tiene nada que ver con el avance científico o técnico, este no tiene la culpa, como no la tiene la “Tierra”: es nuestro uso egoísta e ilógico de esos avances o de esos recursos el que nos lleva a un callejón sin salida. No es que no tengamos energía suficiente.. es que no la tenemos para derrochar absurdamente como lo hacemos en el mundo desarrollado (¿y si todos hicieran lo mismo…? ¿habría para todos…? ¿no nos echamos a temblar solo porque crece un 5% el consumo de coches en China? ¿y nosotros… porque tenemos tres por familia..?). En fin… espero fervientemente que tengas toda la razón y al final consigamos salir de este atolladero. Yo siempre he tenido confianza en ello, pero convendría ponerse manos a la obra cuanto antes… por si acaso.

Un abrazo