jueves, enero 08, 2009

Wall-e o el diablillo de Maxwell


Wall-e es un trasto de robot, viejo y roñoso, el único que ha sobrevivido en la Tierra, junto a una resistente cucaracha, tras un proceso degradativo que la ha hecho inhabitable.

En la Tierra todo es basura, pero Wall-e está especializado en empaquetar esa basura y amontonarla haciendo paredes. Ladrillo a ladrillo ha ido formado sus propios rascacielos que contrastan con los abandonados por la humanidad en su huida en naves espaciales.

Wall-e ha improvisado un hogar-almacén de cosas curiosas y de mecanismos que le sirven para su auto-reparación. Así ha sobrevivido mucho tiempo con esa cucaracha que le persigue a todas partes.

Un día aterriza una nave espacial que deposita una hermosísima robosita, superpoderosa, que viene en misión exploradora. Wall-e se queda impresionado y se enamora de la robosita.

La robosita encuentra una planta vegetal, se la guarda como cosa rara y se enquista. Wall-e trata de reanimarla pero sus intentos son vanos. Vuelve la nave espacial a recoger a la robosita exploradora y Wall-e consigue introducirse también en la nave.

La nave les lleva al satélite artificial nodriza en el que los humanos viven. Bueno, más que vivir, vegetan; gordos, permanente tumbados en sillones flotantes, casi sin movilidad; porque los años de supervivencia en el espacio les ha dejado sin apenas huesos y sin posibilidad de vivir en un ambiente gravitatorio.

¿Conseguirán Wall-e y la robosita convencer al capitán de que la Tierra ha vuelto a ser habitable para que regresen a poblarla?

¡Que película más bonita y más original! Está llena de detalles que te impiden dejar de seguirla un solo segundo. Te hace pensar, y enamorte a la vez, de un cacharro mecánico, lo más bajo y rastrero en cualquier categorización social o cultural, dedicado al trabajo más sucio y asqueroso que pueda existir; que trabajando como una hormiguita, día tras día, en una misión aparentemente absurda y sin sentido, ha conseguido devolver a la Tierra unas mínimas condiciones de habitabilidad.

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