El Descansadero

Esta es una imagen apasionante. Prestada de toloneleros.com. Pero yo algún día conseguiré otra similar porque los puentes están ahí sin moverse. Esperando al primer reportero indiscreto que pase y que ose reproducir lo mismo con diferentes tonalidades y un ligero desplazamiento angular. Es como hacer una instantánea a tres momentos de la historia diferentes.

Con el permiso de toneleros os diré que a la izquierda tenemos el pueblo de Jaraicejo; a la derecha, la villa de Torrecillas de la Tiesa; al fondo la sierra de las Villuercas; y rodeando al río, esos montes llamados riberos que parecen imitar un ‘Tajo’ sin serlo o un ‘cañón’ sin muchas pretensiones.

Pero lo mejor de todo es el valle. Un día fue descansadero, abrevadero, vado de la Gran Cañada Real Leonesa Occidental. Hervidero de actividad humana. Un hormiguero de grandes bichos: cabras, vacas, ovejas, bueyes, cerdos, gallinas, caballerías... rebaños inmensos trashumantes, caravanas de viajeros. Un movimiento constante de jornaleros, pastores, porqueros, vaqueros, ganaderos, comerciantes...

Y sin embargo aquí no se ha llegado a formar ninguna gran ciudad, porque en esta zona siempre ha mandado la trashumancia. Lo que no estuviera supeditado a las reglas feroces del nómada aquí no tenía cabida: chozos, tiendas, casas que quita y pon, cobertizos...a cientos, pero temporales.

Estamos a una jornada a pie de la gran ciudad de Trujillo. La parada es obligatoria. No habrá mejor descansadero que este en toda la cañada real. Tanto es así que nos hemos quedado con el nombre: Esta finca torrecillana se llama EL DESCANSADERO.