miércoles, abril 19, 2006

Cajamadrid mata su gallina de los huevos de oro


Bancos y Cajas de Ahorro se proponen justificar objetivos de crecimiento de hasta el 30%. Para alcanzar esas cotas, una vez que ya han estrujado al límite al propio empleado, se dirigen ahora al cliente; su gallina de los huevos de oro.

Forma parte de la guerra entre las grandes empresas contra los pobres consumidores.

Al tener ellos la facilidad de disponer de tu dinero, se aprovechan quitándote pequeñas cantidades por conceptos que nunca se habían tenido en cuenta y, si no protestas, lo establecen como definitivo.

Llega un momento en que el cliente se siente también estrujado y tiene que reaccionar. Ha de defenderse con las pocas armas que tiene.

En lo que llevo siendo cliente de Cajamadrid he colaborado en todas las iniciativas tecnológicas que han repercutido en un aumento de su productividad, a costa, incluso, de la disminución de la mano de obra. De una drástica disminución del empleo. Primero con la utilización de la tarjeta de débito, después con la autogestión de la cuenta accediendo desde Internet. En ambos casos Cajamadrid ha obtenido un gran beneficio, porque ahora soy yo, y no el empleado, el que realiza la parte manual, la más costosa, de todas las operaciones. Esos beneficios se han visto reflejados en sus altos índices de crecimiento anual.

Llegado el momento en que ya no se pueden automatizar más las operaciones, ¿cómo justificar esos objetivos de crecimiento a los que se han habituado? A Cajamadrid, y a otros, se les ocurre empezar por cobrar al cliente por ‘los servicios que le ofrece’: trasferencias, cuota anual por tarjeta, por mantenimiento de cuenta, operaciones en cajeros etc. Este etcétera no tiene límites. Por ahí podrán seguir justificando esos compromisos de objetivos en la cantidad que les de la gana. Hasta que el cliente cabreado rompa y decida irse a la competencia o prescindir de “todo servicio”.

Pocos Bancos son los que se han dado cuenta de que el incremento les ha de venir por el aumento del número de clientes, aunque para ello hayan que meterse en terrenos de la competencia. Pero si no les llega ese incremento, no pasa nada. El cliente no tiene incrementos anuales del 30%, ¿por qué lo van a tener que tener los Bancos y las Cajas?

Cajamadrid parece haberse apuntado al carro de los perdedores: Matar la gallina de los huevos de oro.

A mi me pilló por sorpresa y me clavó una cuota de 12€ anuales por la tarjeta de débito. Hoy me acabo de dar de baja de la tarjeta de débito.

Intencionadamente o por ignorancia también me han dado de baja de mi cuenta por Internet.

Ellos lo han querido. Volvemos a los viejos tiempos. Todos los días estaré en la cola de la sucursal para que el empleado de turno me haga gratis todas las operaciones que antes hacía yo. Cuando también me quieran cobrar por el tiempo que me hacen perder en las colas y por la pérdida de productividad, que ellos están asumiendo con su comportamiento, llegará el momento de replantearse el cambio de domiciliación de la nómina a otro Banco o Caja que presione menos al cliente. En cualquier caso la resistencia hay que ofrecerla. Todos. Y no solo por mí, sino por el consumidor que nunca va a tener crecimientos del 30%.

Un día le dije al empleado:

–Me habéis subido un 400% la cuota por el servicio de transferencia automático que hago por Intenet. No podéis hacerme eso. A mí no me han subido el 400% en el salario.

–Si se puede hacer –contesta el empleado–. Si usted vende hoy un bolígrafo por 1€ mañana lo puede vender por 4€.

–Ya lo se –le contesté–. A mí también me pueden subir un 400% en el sueldo. Pero no lo hacen nunca.

Así que anulé ese “servicio” que me ofrecía Cajamadrid y se lo di al Deutsche, que seguía cobrando 1€ por el “servicio de poner la mano” para recoger ganancias bobas automáticamente.

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